La sesión en el parque de Montrove se tiñó de una energía nueva con la incorporación de Isma Vázquez. Al igual que el primer Ismael, Isma Vázquez, un joven modelo de A Coruña, posee un físico natural y esbelto que se mueve con una elegancia innata. Su poderosa mirada, capaz de atrapar al instante, añadió una profundidad intensa a cada instantánea. Jugamos una vez más con los contrastes otoñales: su silueta, definida y armoniosa, se recortaba entre la bruma dorada y el mosaico de hojas caídas, mientras su vestimenta, una mezcla de prendas clásicas y modernas, reforzaba esa dialéctica entre lo atemporal y lo contemporáneo. La complicidad entre ambos modelos era palpable, creando un ambiente de trabajo a la vez profesional y tremendamente divertido.
El culmen de la sesión llegó al final, cuando decidimos unir a ambos modelos en una misma composición. Fue entonces cuando la magia se intensificó. Bajo la luz decadente del atardecer otoñal, sus figuras se entrelazaron en un juego de proximidad que desprendía una sensualidad sutil y poderosa. No se trataba de una pose forzada, sino de una conexión genuina proveniente de una masculinidad compartida, cómplice y profundamente atractiva.
Ig de Isma: @ismaavazquez