La sesión con Adri se desarrolló en el emblemático entorno de la Torre de Hércules. Aquí, frente al infinito azul y con la silueta de la ciudad moderna difuminándose en la bruma de fondo, Adri se movió con una naturalidad absoluta.
Jugamos con los contrastes. El resultado es una galería de retratos que respiran autenticidad, donde Adri no posa, sino que habita el espacio, creando una narrativa visual poderosa sobre la elegancia casual, la conexión con la naturaleza y la esencia contemporánea de una ciudad anclada en la historia y el mar.